ENTERITIS EOSINOFILICA
ENTERITIS EOSINOFÍLICA: Es una patología de origen inflamatorio inmunológico, probablemente asociada a trastornos de hipersensibilidad tipo 1 con predominio de respuesta tipo Th2. Se caracteriza por un infiltrado inflamatorio rico en eosinófilos en el intestino delgado. Es una patología infrecuente, tiene una prevalencia de 8.4-28 por 100000 habitantes; siendo más común en niños.
Endoscopía:
Localización: Los desórdenes gastrointestinales eosinofílicos pueden afectar todo el tracto gastrointestinal, desde el esófago al recto. A nivel de intestino delgado, se han descrito más casos en duodeno, y en menor número en íleon. Presentan una distribución en parches.
Aspecto: Puede presentar cambios endoscópicos no específicos como: Eritema, Edema., Erosiones o úlceras, Nódulos o Pólipos y Estenosis. Tener en cuenta, que la apariencia endoscópica de la mucosa puede ser normal.
La ecoendoscopía será de utilidad en los casos de compromiso muscular o subseroso, además de facilitar el acceso para toma de muestra.
Microscopía:
Arquitectura: Las vellosidades pueden estar atróficas y ensanchadas especialmente cuando el infiltrado eosinofílico es marcado. Las criptas usualmente no muestran alteración, pero pueden verse alargadas. Cuando la muestra es de duodeno, puede presentar glándulas de Brunner hiperplásicas.
Epitelio con cambios regenerativos y reparativos asociados a infiltración por eosinófilos. En algunos casos no se encontrarán cambios epiteliales asociados.
Infiltrado inflamatorio moderado a severo de localización superficial y basal. Las células características presentes son los eosinófilos, que se encontrarán incrementados, con distribución preferente en lámina propia, muscularis mucosae y submucosa. Linfocitos y células plasmáticas usualmente presentes. Los neutrófilos no son característicos. Folículos linfoides hiperplásicos en íleon y poco frecuentes en duodeno.
Criterios diagnósticos histológicos. El gold standard diagnóstico es histológico. Para plantear el diagnóstico de enteritis eosinofílica en el reporte, se requiere:
Cuantificar un número de eosinófilos mayor a lo normal. Sin embargo, no existe un consenso general sobre el criterio numérico. La mayoría de los estudios señalan que para realizar el diagnóstico se requieren como mínimo 20 eosinófilos por campo de alto poder (HPF), pero en otros se señalan valores mayores a 56/HPF. Últimos estudios han propuesto un conteo mínimo de 52/HPF en duodeno o 56/HPF en íleon (más del doble de valores normales de eosinófilos en lámina propia). El recuento deberá realizarse en las áreas con mayor densidad de eosinófilos.
La apariencia de los eosinófilos a contar deberá cumplir una de las siguientes características: Tener un núcleo bilobulado. El núcleo es parcial. O Presentar un grupo de gránulos eosinofílicos con al menos una parte delimitada por membrana plasmática, incluso si el núcleo no se identifica con claridad. En condiciones normales es infrecuente identificarlos en criptas, agrupados, con degranulación o en la muscularis mucosae, así que de identificar estos hallazgos se debería considerar su diagnóstico.
Distribución alterada de eosinófilos: más de 2 o 4 eosinófilos HPF a nivel de superficie epitelial de duodeno e ileon respectivamente. Y más de 6 o 4 eosinófilos por HPF en las criptas de duodeno e ileon respectivamente.
Los casos de enteritis eosinofílica subserosa pueden asociarse con ascitis, en estos, el estudio del líquido mostrará un gran número de eosinófilos.
Tipificación histológica: Según la clasificación de Klein, se describen tres formas dependientes de su localización:
Forma mucosa: Es la más frecuente. Se produciría como una manifestación de hipersensibilidad. Histológicamente se caracteriza por presentar una infiltración de eosinófilos que expande la lámina propia e infiltra el epitelio produciendo una injuria epitelial variable. La distribución es en parches.
Forma mural: No se asocia a la forma mucosa ni a hipersensibilidad. Ha sido descrito más en estómago (particularmente en píloro). Debe diferenciarse de patologías que pueden comprometer la pared intestinal como E. Crohn o infecciones micóticas y parasitarias.
Forma serosa: Forma extremadamente infrecuente; no asociada a la forma mucosa o mural. Los pacientes no tienen historia de hipersensibilidad y se presentan con dolor abdominal agudo. Los lavados peritoneales muestran un líquido rico en eosinófilos.
Gradación histológica: Rached et al han propuesto dividir a la enfermedad en cuatro clases (leve, moderada, severa y complicada), en base a las manifestaciones clínicas iniciales, hallazgos iniciales de laboratorio y severidad del daño estructural determinado por exámenes radiológicos, endoscópicos e histológicos. Sin embargo, en relación a los cambios histológicos, no se especifica que características representarían cada una de las categorías de daño estructural (mínimo, moderado o severo). Por ello, actualmente no se cuenta con una gradación histológica apropiada para esta condición.
Diagnóstico diferencial: Casi todas las formas de enterocolitis pueden incrementar el número de eosinófilos en la mucosa y este incremento puede persistir por días a semanas, por lo que puede confundirse con:
Enterocolitis infecciosa: Puede presentar incremento de eosinófilos, pero no suele ser tan pronunciado, y se acompaña de cambios inflamatorios ricos en neutrófilos infiltrando lámina propia y epitelio.
Enfermedad de Crohn: Puede mostrar una marcada eosinofilia, sin embargo, muestra cambios arquitecturales, epiteliales e inflamatorios propios de la enfermedad como: cambios arquitecturales de las criptas, injuria epitelial por neutrófilos e infiltrado rico en células plasmáticas.
Infecciones parasitarias: Además del incremento marcado de eosinófilos suelen identificarse cambios granulomatosos o inflamación crónica asociada. En algunos casos se podrá identificar al parásito, como la presencia de formas larvarias o huevos en el caso de Strongyloides.
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Foto superior: Flechas señalan infiltrado eosinofílico de localización basal. Foto inferior izquierda: Flechas señalan vellosidades deformadas y atróficas, recuadro indica glándulas de Brunner hiperplásicas, Foto inferior derecha: Se observan las criptas hiperplásicas, flechas señalan el infiltrado basal eosinofílico.
Foto superior: Círculos indican infiltrado eosinofílico. Foto inferior izquierda: Flechas señalan vellosidades deformadas y atróficas, en el área inferior se observa glándulas de Brunner hiperplásicas. Foto inferior derecha: Círculo señala el infiltrado eosinofílico.
Foto superior: Flechas señalan grupos de eosinófilos en lámina propia. Foto inferior izquierda: Flechas indican vellosidades deformadas y atróficas. Foto inferior derecha: Recuadro indica infiltrado eosinofílico, flecha señala una vellosidad ensanchada con atrofia.
Foto superior: Círculos señalan algunos eosinófilos. Foto inferior izquierda: Recuadro señala las vellosidades deformadas y atróficas, flechas indican hiperplasia de criptas. Foto inferior derecha: Flechas señalan inflamación basal, compuesta principalmente por eosinófilos.
Foto superior: Círculos indican infiltrado eosinofílico muy cerca al epitelio de las criptas. Foto inferior izquierda: Recuadro señala criptas atróficas y ensanchadas. Foto inferior derecha: A mayor aumento se observa el infiltrado eosinofílico, con citoplasma de aspecto granular.